En la tarde del viernes, personal de la Unidad Regional IX de Reconquista intervino de manera urgente en la Escuela Superior de Comercio N°43, luego de que se recibiera un llamado telefónico alertando sobre la presencia de alumnos menores con un arma de fuego dentro del establecimiento educativo.
Dos patrulleros se hicieron presentes rápidamente en el lugar, donde fueron recibidos por la directora, Sra. Norma Liliana Dolzani, de 56 años, domiciliada en barrio Martín Fierro de Avellaneda. La autoridad escolar relató que la alerta surgió a partir de la intervención de una preceptora, quien detectó que alumnos de segundo año tenían en su mochila una supuesta arma.
Los menores fueron trasladados a preceptoría y, en presencia de sus padres, hicieron entrega de los elementos:
una réplica de pistola de aire comprimido calibre 4.5 mm color negra con balines, una gomera con cascotes y piedras, y un cuchillo con vaina de cuero.
El jefe policial a cargo del operativo comunicó lo ocurrido a la Secretaría de la Niñez y al Fiscal de Menores, Dr. Nicolás Maglier, disponiéndose el secuestro de los elementos. Los jóvenes, de 13 y 14 años, fueron posteriormente entregados a sus progenitores.
Testimonios y contexto
Según el testimonio de uno de los alumnos, el menor que llevó la pistola de aire comprimido había pedido a un compañero que la guardara en su mochila, debido a un conflicto con otro estudiante del mismo turno, quien —según dijo— también portaba un cuchillo y le exigía el arma.
La directora Dolzani aseguró que “la situación fue rápidamente controlada”, destacando el accionar del personal docente y preceptores que activaron el protocolo correspondiente, convocando a las familias y a las fuerzas de seguridad.
“Gracias a Dios todo terminó bien. Los padres están asombrados; son padres presentes. Es muy triste ver cómo nuestros jóvenes son víctimas de estas situaciones de los adultos”, expresó Dolzani visiblemente conmovida.
Llamado a la reflexión
La directora instó a comerciantes y adultos a asumir su responsabilidad, remarcando la necesidad de no vender este tipo de artículos a menores y advirtiendo que la problemática “nos está desbordando”.
“La escuela sola no puede, pero sin la escuela no se puede. Todos debemos acompañar, como familias, instituciones y comunidad. Nuestros jóvenes son vulnerables y necesitan que los cuidemos más que nunca”, concluyó.
El hecho generó preocupación en la comunidad educativa y encendió nuevamente el debate sobre la venta y el acceso de armas de aire comprimido a menores, así como la importancia de fortalecer las redes de contención y convivencia escolar.
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